20 de julio de 2015

Críticas literarias a 'Pensamiento Marrón'



Dijo el literato argentino Ricardo Piglia en La Nación: "En un sentido, el libro es una discusión sobre la ficción y su poder, sobre los modos de interpretar la narración y la fantasía."

Por su parte, afirmó el escritor español Javier Cercas en El País: "Se trata de un libro admirable, el destilado de una vida entera consagrada a leer, a ver películas y cuadros, a escuchar música, uno de esos libros tan sabios que ni siquiera es necesario estar de acuerdo del todo con lo que dicen para disfrutarlos y aprender de ellos."

El ensayista, docente e investigador Maximiliano Crespi lo describió así en la Revista Eñe de Clarín: "La dialéctica entre lo racional y lo pulsional, entre la luz y la oscuridad, entre la civilización y la barbarie se mantiene en suspenso. En esa suspensión lábil, la literatura germina como una resistencia vital."

El filósofo chileno Ariel Dorfman aventuró en Radar Libros, suplemento de Página/12, que "el libro celebra la rebelión y la desobediencia [...], mientras que las figuras despóticas son ridiculizadas como inefectivas e incompetentes."

Y mi papá me dijo: "Estaba gracioso."

Ricardo Piglia se refería a el libro El beso de la mujer araña de Manuel Puig. Javier Cecas hablaba de la novela La rehumanización del arte, de Salvador Oliva. Maximiliano Crespi estaba haciendo una crítica al libro Las esferas invisibles de Diego Muzzio. Y Ariel Dorfman estaba revisitando desde una perspectiva marxista el clásico Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carroll. El único que hablaba de Pensamiento Marrón era mi viejo.

Pero estoy seguro de que ni Puig, ni Oliva, ni Muzzio ni Carroll juntos están hoy la mitad de contentos que yo.

(Entre otras cosas, porque la mitad de esos escritores ya no está entre nosotros).

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