30 de mayo de 2012

Palabras que no pienso utilizar (sin mediar tortura) I


He descubierto que hay palabras o expresiones que me caen decididamente mal. Empiezo a detallar las que voy detectando:

proactivo, proactividad: invento que llegó probablemente al castellano a través del inglés proactive, a pesar de su evidente origen latino. Supuestamente, se refiere a una actitud (creativa, voluntariosa, predispuesta a tomar la iniciativa) y reúne la palabra activo o actividad junto al prefijo pro-, en su sentido de “impulso o movimiento hacia delante” (DRAE). Es parte de la jerga hueca del “management” que se emplea con pretensiones pseudotécnicas que no aportan nada, pero que se ponen de moda velozmente y circulan en los ámbitos profesionales como panaceas de los recursos humanos: “Hace falta gente proactiva”.

argento: adjetivo de origen difuso que pretende reemplazar en la jerga coloquial al gentilicio habitual (argentino), por motivos igualmente difusos. Sospecho que la i haga que argentino suene como un diminutivo, como algo menor o insignificante; quizás argento tiene más sonoridad y presencia (es más viril) que argentino, palabra tan desprovista de vigor como los suaves colores de nuestra bandera. No obstante, yo no soy argento, sino argentino. Argento es un director italiano de películas de terror.

frases hechas en inglés (p.ej.: too much): no las necesito. No ahorran palabras, no aportan nada a la comunicación y la mitad de las veces las pronunciamos mal (por defecto o por exceso, con afectación).

recepcionar: habiendo un verbo vejo y conocido, que es recibir, ¿para qué cuernos inventarse un vocablo derivado de recepción (que deriva de recibir), convirtiendo en regular un verbo irregular bajo el amparo de que su significado es “más técnico” o excusas por el estilo?

flipar, molar y otros verbos “juveniles” españoles: no me gusta cómo suenan, no me acostumbro todavía a sus usos y aplicaciones, y no son imprescindibles para la comunicación.

5 de mayo de 2012

Estupidad

"Nunca le atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez."
Principio de Hanlon