24 de mayo de 2010

Ahora Pappo saldría en defensa de Craig Venter



    Cada vez que se produce un descubrimiento y/o logro científico en el ámbito experimental y/o aplicado, la prensa repite las mismas cuatro o cinco frases, entre las que destacan:
- “Jugar a ser Dios”,
- “Genio o monstruo”,
- “Esto supone un antes y un después”,
sin olvidar, por supuesto, una serie de errores de comprensión, un puñado de matices ignorados y un amplio repertorio de reflexiones de sobremesa acerca de los límites éticos que deberían regir las investigaciones para proteger a la humanidad de su propia curiosidad.
    La ciencia teórica, al no producir ningún engendro tangible (y a pesar de que gracias a ella se planifican los experimentos a partir de los cuales surgen engendros tangibles como la bomba atómica o la oveja Dolly) se ve libre de este tipo de debates estériles que acosan a la investigación experimental. Las supercuerdas no parecen ser el tipo de cosas que amenazan nuestra vida cotidiana… a menos que alguien encuentre la forma de ahorcarnos con ellas
    En cambio, desde que el primer homínido encendió una llama, no faltó algún homo deploratio que elevara su queja ante la afrenta que ello supuso al orden natural (o divino, suponiendo que ya hubiese alcanzado ese nivel de pensamiento), anunciando terribles cataclismos flamígeros en el que el planeta entero se vería consumido por un gigantesco incendio desatado por la chispa del ingenio. Asimismo, se condenó la osadía de intentar crear aparatos voladores (“si Dios hubiese querido que voláramos, nos habría dado alas”, solía ser el argumento), se vaticinó el fin del mundo provocado por la energía nuclear que abastece de luz nuestros hogares y, ahora, se predice nuestra aniquilación a manos de un ejército de cyborgs, clones y mutantes comandados por Darth Vader, Roy Batty y Ramón Yarritu.

23 de mayo de 2010

Pa' qué decir lo que pienso...

El hombre quiere gozarla... solo,
el hombre quiere que cinche... otro,
ninguno sienta vergüenza,
ninguno culpe a ninguno,
la culpa la tiene el hombre... solo.

José Larralde, Manea
BurradaCargado originalmente por My Buffo

21 de mayo de 2010

Aparentemente

Con guita, cualquiera es vivo,
son anzuelo los canarios.
La cuestión es ser un seco
y que te llamen “señor”.

Norberto Aroldi
Pa' que sepan cómo soy



Buena presencia
Cargado originalmente por Julikeishon -dibujos-

18 de mayo de 2010

Todo pasa


Should I stay or should I go?, originalmente cargada por My Buffo.

Vladimiro Marrón nos dice: “Todo pasa”, y con esa frase breve y contundente lanza un desafío a la razón y a nuestras convicciones.

Las explicaciones simplistas (J. Grondona, 1979, 1986, 1994) insisten en que el enunciado sólo indica que todo concluye, todo nos abandona en algún momento, como el agua del río que fluye sin cesar.
Esto es así, pero no sólo así. La máxima marroniana también indica que cualquier cosa susceptible de ocurrir, ocurre efectivamente.
Normalmente formularíamos (erróneamente) la frase de este modo: “pasa de todo” o “todo puede pasar”. Pero en ambos casos no estaríamos alcanzando la profundidad ni la radicalidad que Marrón induce. “Pasa de todo” quiere decir que ocurren una serie de hechos pertenecientes a unas categorías preestablecidas (por ello remarco el de); mientas que “todo puede pasar” indica probabilidad incierta, ya que poder indica posibilidad y no certeza; de modo que, según esta última sentencia, ni siquiera es seguro que algo vaya a pasar.
En cambio, el “todo pasa” de Vladimiro Marrón es una afirmación contundente de que todo va a pasar (Marrón usa el tiempo presente lo cual es, en realidad y como veremos, más correcto). Y todo es todo, aquello que es posible, imaginado o inimaginable. Incluso una cosa y su contrario, lo imposible.
Lo que el filósofo argentino viene a decir, en definitiva, es que imposible es sólo una forma humana (y por lo tanto imperfecta) de decir que hay determinadas cosas que no encajan en nuestros esquemas de entendimiento, que no pueden ser explicadas por ni derivadas de aquellos, que carecen de sentido o se contradicen según esos esquemas y que, por tanto, son enviadas a un terreno tan opaco como un agujero negro: el magma de las cosas no-posibles.
Pero ¿quiénes somos nosotros para decidir que existe en el Universo algo que no es posible? Somos un insignificante subproducto de la evolución y, como tales, no podemos arrogarnos el derecho de determinar qué es posible y qué no. De hecho, el mero hecho de que pensemos en cosas imposibles, como la nada o la propia noción de imposible, hace que nos demos cuenta de que todo es posible.
Otra cosa es que podamos aprehender y comprender todo lo que estas cuestiones implican. Eso sí que parece imposible.
Juan Pedro Soco Urtizberea

9 de mayo de 2010

Esto...

* Esto es un juego de palabras. Bueno, no, esto que estás leyendo no es un juego de palabras. Y el asterisco tampoco. El problema es saber qué es esto. Si esto es eso, pero no es aquello, entonces no es un juego de palabras. Pero si esto es aquello, no eso, entonces sí. Aunque ahora, después de ir juntando todo esto, sí que parece un juego de palabras. Así que, si esto es esto, también es un juego de palabras.

8 de mayo de 2010

Escuela filosófica

“No soy anarquista, ni comunista, ni marxista, ni socialista, ni progresista; no soy reaccionario, ni conservador, ni neo-con, ni liberal, ni neo-liberal; no soy moderno, ni post-moderno; no soy positivista, ni realista, ni relativista; no soy nihilista, ni existencialista; no soy estructuralista, ni funcionalista, ni hermenéutico; no soy clásico, ni romántico, ni barroco; no soy ateo, ni agnóstico, ni creyente; resumiendo, no soy un montón de cosas ni un montón de otras. Sólo soy Vladimiro Marrón, y el que tenga algún problema con mis opiniones va a tener que salir a la calle y agarrarse a las trompadas únicamente conmigo.”
Vladimiro Marrón
(Para Illustration Friday, "Fearless")

5 de mayo de 2010

El razonamiento de Sean McCoist

Hay dos versiones acerca de cómo llegó Sean McCoist, fundador involuntario de la International League Against Stupidity (ILAS), a la conclusión de que “si las señoritas no estuviesen tan preocupadas en pintarse las uñas de negro, Escocia ya sería libre”.
Según la primera opción, el proceso mental de McCoist puede resumirse en los siguientes pasos argumentales:
1. Escocia no es libre y su independencia es justa y necesaria.
2. Escocia puede ser libre.
3. Para que (2) sea posible hace falta, principalmente, que Inglaterra la deje libre.
4. Para que ocurra (3) hay dos caminos: a) Escocia declara la guerra a Inglaterra, vence e impone sus condiciones (también conocida como opción William Wallace); b) Escocia negocia su independencia con el gobierno del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.
5. Escocia no tiene ejército propio.
6. El gobierno del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte dispone de un poderosísimo ejército.
7. El Lothian-Fish Army no es un ejército regular.
8. Por (5), (6) y (7), Escocia se ve obligada a la opción (4.b).
9. Para (4.b) hace falta, por orden de importancia: a) personas dispuestas a negociar; b) algo que pedir; c) algo que ofrecer; d) grupos de presión para influir en (9.a); e) influir en la opinión pública para que condicione a (9.a) y (9.d).
10. El gobierno de Inglaterra sabe que (1) es verdad.
11. Los ingleses no saben que (1) es verdad. Algunos creen, incluso, que (1) es un disparate.
12. Muchos escoceses creen que (1) no es verdad.
13. El gobierno de Inglaterra controla la propaganda y los medios de comunicación en general para difundir sus mentiras.
14. (11) y (12) son posibles porque el gobierno de Inglaterra oculta (1) a través de (13) con el fin de (9.e).
15. La estupidez impide distinguir las mentiras de las verdades.
16. Ser estúpido implica hacer cosas como pintarse las uñas de negro.
17. Hay mucha gente que hace cosas como las descritas en (16).
18. Por (16) y (17) se deduce que hay mucha gente estúpida.
19. Gracias a (13) y (18), y dado (15), el gobierno de Inglaterra consigue (14).
20. Si no ocurriese (17) –y por tanto (16)–, no sería posible (14) y todo el mundo sabría que (1) es verdad.
21. Por lo tanto, dados especialmente (1), (2), (8), (14), (19) y (20), la conclusión: “Si las señoritas no estuviesen tan preocupadas en pintarse las uñas de negro, Escocia ya sería libre”.

Ahora bien, otra corriente de opinión, más clásica, afirma que el proceso mental de Sean McCoist fue ligeramente diferente, como se expresa a continuación:
1. Escocia no es libre y su independencia es justa y necesaria.
2. Escocia puede ser libre.
3. Perdió el Heart of Midlothian.
4. Y encima por goleada.
5. Los darkies parecen unas nenas.
6. Llueve.
7. El barman tiene cara de psicópata.
8. La del final de la barra está buena.
9. Los darkies se están colando.
10. No debí tomar esas dos botellas de whisky.
11. ¿Dónde se metió Ian?
12. Mirá que pintarse las uñas de negro, estos borregos...
13. Tengo ganas de mear.
14. A ver si el barman me atiende de una vez.
15. ¿Alguien vio a Ian?
16. Y en el televisor vuelven a mostrar la goleada. Me voy a cagar en...
17. ¡Dios mío! ¡La del final de la barra está con un negro!
18. ¡Dios mío! ¡Ian está con un negro!
19. Como les sirvan antes a los darkies se va a armar la gorda.
20. Les sirvieron antes.
21. Por lo tanto, dados de (1) a (20), la conclusión: “Si las señoritas no estuviesen tan preocupadas en pintarse las uñas de negro, Escocia ya sería libre”.

Esta última versión es la que, también, parece más verosímil.

4 de mayo de 2010

Algo sí es verdadero

Sea un sistema con los siguientes conjuntos de elementos:

Grupo 1
Conjunto A
Conjunto B
Conjunto C
Conjunto D
Verdadero
Si
Bien
Falso
No
Entonces
Mal

Grupo 2
Conjunto E
Conjunto F
(verbos conjugables)
Conjunto G
Todo
Ser
Y
Nada
Estar
O
Algo
Haber
Quizás
Existir

que se emplea para construir frases y en el que los elementos (palabras) del grupo 1 deben ir necesariamente intercalados con elementos del grupo 2, y viceversa, sin posibilidad de repetir en una misma sentencia ningún elemento de ningún conjunto (A, B, C, D, E, F y G). Las frases deben tener al menos dos palabras (una de cada grupo) y, como máximo, dieciocho (el total de los elementos del sistema). Los verbos pueden ser conjugados en los distintos modos, tiempos y personas de la lengua castellana (también se prohíbe incluir dos o más veces en una misma frase un verbo del conjunto F, aunque sea conjugado en tiempo y persona diferentes).
Dado este sistema, pueden obtenerse afirmaciones como las siguientes:
-         Todo bien.
-         Bien y mal.
-         Verdadero o falso.
-         Si todo no es falso hay entonces algo verdadero.
-         Nada falso existe si todo verdadero es.
-         Todo no es verdadero y sí hay entonces algo falso.
-         Quizás no está bien nada si es falso todo.
-         Estaría bien todo si algo no hubiera mal.

Algunas de ellas suenan raras, pero no por ello dejan de ser coherentes y comprensibles para cualquier lector. Las más extensas se construyen con cierto esfuerzo, dado el inconveniente que supone la obligatoriedad de intercalar elementos de los grupos 1 y 2 alternativamente y la imposibilidad de repetir palabras.
Pero este sistema no es sólo productor de obviedades ni realidades aparentes. También se pueden conformar sentencias algo más polémicas, como éstas:
-         Algo no existe si es falso.
-         Quizás no está bien algo verdadero.
-         Existe mal y no hay bien.
-         Hay bien y sí existe.
-         Todo mal es verdadero.
-         Verdadero y falso quizás no existen.
-         Bien o mal son verdadero y falso.

Ahora bien, el lector ya habrá comprobado que el sistema permite crear otro tipo de frases, como las que siguen:
-         Mal hay si nada falso quizás no.
-         Sí somos verdadero nada entonces algo.
-         Estoy no quizás mal todo verdadero.
-         He bien y entonces sos no estoy falso.
-         Nada no hay si todo bien.
-         O sí y no todo si nada.
-         No o falso estar.

De todo lo anterior se desprende que este sistema no es muy útil para abordar las cuestiones relativas a la verdad, al bien y al mal, a la existencia, a la duda o a los absolutos. Como contrapartida, no obstante, demuestra ser completamente apto para producir letras de canciones, especialmente las de grupos de rock argentinos, aunque no exclusivamente.